Hablar de un trabajo que ya en sí mismo habla…
y llevando yo la misma mano para ambas cosas…
Me limitaré a hacer con esta escritura “otro” trabajo que, si bien discurre
paralelo a mi pintura, difiere sobre todo en el sentir, aunque podrá quizás
ayudar a vislumbrar fragmentos que sólo cada mente individual hilará si se
detiene (frente a ella)… a percibir1. Con las palabras solo puedo hallar en parte,
de forma casi entre-cortada, lo que posiblemente desmenuzo en un gesto
de brocha, y eso no necesita razón, mi discurso al margen.
Se trata de comprender el mundo, desde una “insignificante” percepción en
un rincón, enlazar lo que la parcialidad diluye.
No pretendo que sea una obra documentalista, pese a incluir elementos documentales.
El verdadero objetivo es… personal, pero también es invitar a un
pulso entre la política y la realidad de ahí fuera, ajena al poder del encapsulamiento
burocrático. Dos planos distintos que yo quiero que aquí estén
juntos, sin esa cápsula, sin materia aislante.
La percepción es libre, y yo escojo la mía, ayudada de la crónica diaria de la
información (la prensa escrita, en este caso). Es un vehículo que conocemos
todos y que aquí me atrevo a descontextualizar, para añadir mi manipulación
personal, también en sentido físico:
El poder de las manos como instrumento que la mente guía, se encuentra
contenido, atado visualmente en varias de las obras, reforzando así su carácter
simbólico. Es casi un encierro que sólo ve salida en las miradas, como imán
que atrae, como lenguaje silente que busca la mirada del que las mira.
Todos los gestos, azarosos y conducidos, persiguen un significado directo y
a la vez sutil, sólo desvelado quizá en la contemplación pausada y exenta de
voluntad2.
Intento así traspasar la evocación estética de cualquier ejercicio plástico que
pudiera resultar fácil, lógico, evidente.
La idea comenzó con una inquietud por conocer más sobre “desarrollo sostenible”,
el equilibrio del triángulo entre ecología, economía, y equidad social. A
medida que profundizaba en el trabajo, casi de forma inconsciente, mis ideas fluyeron
oscilando de un conflicto social al otro. En todas mis imágenes mentales
estaban ellas: las personas son siempre las guías narradoras de mis mensajes.
Utilizar la prensa como marco de referencia en algunos casos, ha condicionado la
imaginería de casi toda la obra, a veces partiendo de mensajes descontextualizados
y arrancados (recortados) físicamente del periódico, y otras veces transformando
las fotos de sus personas en las mías, con otra “vida” distinta.
También ha hecho que sea más consciente de cada día.